domingo, 12 de febrero de 2012

Hallan forma de revertir los efectos del Alzheimer en el cerebro

Científicos en Estados Unidos lograron, con un fármaco que se utiliza para cáncer, despejar las perjudiciales placas de proteína que se forman en el cerebro de los pacientes con Alzheimer.

En el estudio con ratones, el fármaco, aprobado para uso en cáncer de piel, logró limpiar las placas "a una velocidad sin precedentes", afirma la investigación publicada en la revistaScience.

Y pruebas posteriores mostraron una mejora en las funciones cerebrales de los animales, agrega.
Se piensa que una de las principales características de la enfermedad de Alzheimer es la acumulación de fragmentos de una proteína, llamada beta-amiloide.
Todos los seres humanos producen esta proteína en el cerebro, pero en las personas sanas hay un mecanismo que ayuda a la descomposición de estos fragmentos.
En los pacientes con Alzheimer, sin embargo, este mecanismo no funciona y esto provoca la acumulación y formación de placas de beta-amiloide que resultan en el daño y muerte de neuronas y eventualmente los problemas de memoria y otras incapacidades cognitivas.
La limpieza de estas placas ha sido durante años la base de varias investigaciones y ya hay fármacos que se están probando en ensayos clínicos humanos.

Placas dañinas

En el cerebro la encargada de la función de limpieza de beta-amiloide es una proteína llamada ApoE, de la cual existen diferentes versiones.
Se sabe que la gente que tiene la variante ApoE4 de esta proteína es la que está en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
En el nuevo estudio los científicos de la Universidad Case Western Reserve en Ohio se centraron en buscar formas de incrementar los niveles de ApoE, lo cual, en teoría, debería ayudar a reducir los niveles de beta-amiloide en el cerebro.
En los experimentos con un modelo de ratones con una forma de Alzheimer probaron un medicamento, llamado bexaroteno, que se utiliza para tratar tumores de piel.
En el grupo de ratones jóvenes observaron que después de suministrar una dosis del fármaco los niveles de beta-amiloide "se redujeron rápidamente" en seis horas.
Y lograron mantener una reducción de 25% durante 70 horas.
En los animales más viejos con placas amiloides ya establecidas, lograron con siete días de tratamiento reducir a la mitad el nivel de placas en el cerebro.
Los científicos también observaron mejoras en la función cerebral de los ratones después del tratamiento, en pruebas como construcción de nidos, rendimiento en un laberinto y recuerdo de choques eléctricos.
"Éste es un hallazgo sin precedentes", afirma la doctora Paige Cramer, quien dirigió el estudio.
"Previamente, el mejor tratamiento disponible para Alzheimer en ratones tardaba varios meses para poder reducir las placas en el cerebro".
La investigadora subraya, sin embargo, que la investigación está todavía en sus primeras etapas y ahora habrá que confirmar si se pueden obtener los mismos resultados en humanos.
Pero según el profesor Gary Landreth, quien también participó en el estudio, el hallazgo "es particularmente estimulante y provechoso" y "promete potencialmente poder conducir a una terapia para la enfermedad de Alzheimer".
El científico expresa, sin embargo, que el fármaco sólo ha sido probado en tres modelos de ratones que simulan las primeras etapas de la enfermedad y no en la enfermedad establecida.
Advierte que todavía no se ha demostrado que el fármaco funcione en pacientes con Alzheimer y que aún se desconoce cuál dosis funcionaría.
"Necesitamos dejar muy en claro que el fármaco funcionó bastante bien en modelos animales con la enfermedad. Nuestro siguiente objetivo es asegurarnos de que actúa de forma similar en humanos", expresa el profesor Landreth.
El equipo de investigadores está ahora preparando ensayos clínicos en un grupo pequeño de personas para ver si se pueden obtener efectos similares.
Encontrar un fármaco capaz de revertir o al menos detener los síntomas de Alzheimer y otras formas de demencia se ha convertido en asunto de urgencia en todo el mundo.
Se calcula que actualmente unos 26 millones de personas sufren alguna forma de demencia en el mundo y se predice que la cifra se duplicará cada 20 años para alcanzar 81 millones en el 2040.


¿Por qué muchos sordos prefieren no oír?


Desde hace varios años los implantes cocleares han ofrecido a la gente sorda la posibilidad de tener o volver a tener una sensación del sonido.
Pero muchos jóvenes y adolescentes rechazan esta opción.
Los esfuerzos para "curar" la sordera, incluidos dispositivos como los implantes cocleares, son un asunto sumamente sensible para estas personas, particularmente para los miles de adolescentes que nacen o pierden el sentido del oído.
Muchos, como Sara Kendall, una joven británica de 19 años, se sienten profundamente orgullosos de su cultura de silencios y gestos.
"Nunca he escuchado nada, soy totalmente sorda", dice.
"Con los aparatos auditivos lo único que puedo escuchar son 'bips'. Así que me los quito y nunca los uso. ¿Qué sentido tiene?".
Sara vive con su novio, Asher Woodman-Worrell, y su madre y hermano en Nottingham, Inglaterra.
Todos en la familia son profundamente sordos.
Sara y Asher no escuchan ni hablan, viven en un mundo totalmente silencioso.
"Vivo muy feliz. Estoy totalmente apasionada por el mundo sordo. No puedo imaginar vivir fuera de este mundo. No, gracias. Soy feliz en este lugar porque mis padres me criaron sorda" dice la joven.
A pesar de tener la oportunidad de mejorar su oído nadie en la familia de Sara ha considerado nunca tener un implante coclear.
Estos dispositivos electrónicos son implantados quirúrgicamente y pueden mejorar los sonidos estimulando el nervio auditivo.
Aunque un implante no restaura el oído a la normalidad puede ofrecer una sensación de los sonidos que se están escuchando.

Implante quirúrgico

En la operación se perfora un pequeño orificio en la superficie del cráneo para colocar un dispositivo transductor, desde donde salen electrodos que transmiten las señales hacia el oído interno.
Los implantes cocleares no son adecuados para todos los sordos y los que consideran someterse a la cirugía deben realizar terapias intensivas de oído, habla y lenguaje, así como pruebas educativas y psicológicas.
Pero no todos los sordos están de acuerdo con el procedimiento y defienden con orgullo su mundo sordo.
"Personalmente le agradezco a Dios que no tengo un implante coclear porque no sabría cuál es el lugar al que pertenezco: al mundo sordo o al mundo de los que escuchan" expresa Sara.
"Sé que pertenezco al mundo sordo, eso es todo. Pero con un implante me sentiría como si estuviera en medio de los dos".
Además, agrega, "es muy ofensivo pensar que puedes 'arreglarlo'. No se puede arreglar. Si naces sordo, eres sordo, y eso es todo".
Asher, su novio, también piensa que la creencia de que un implante coclear puede ayudar, es impertinente.
"Creo que es ofensivo cuando la gente me dice 'oye, podemos convertirte en una persona que escuche'. Por eso es que los implantes cocleares realmente son un asunto muy sensible para nosotros".
Tal como señala Tyron Woolfe, subdirector de la Sociedad Nacional para Niños Sordos (NDCS) del Reino Unido, en la comunidad hay personas con una fuerte identidad sorda, pero ésta es una cultura muy variada.
"Los adolescentes sordos, como cualquier otro adolescente, tienen intereses y vidas sociales diversas. La experiencia de cada joven sordo es muy diferente" expresa Woolfe.
La decisión de no querer explorar la opción de un implante coclear es una elección personal, agrega.
"Es importante disponer de una variedad de estrategias para satisfacer las necesidades y preferencias de cada niño sordo".
"Un implante coclear es sólo una opción, y quizás no beneficie a todos los niños y jóvenes sordos. Esto puede depender del nivel y tipo de sordera que tiene una persona".

Sonidos nuevos

Alguien que sí decidió explorar esta posibilidad es Meghan Durno, de 19 años.
La joven ha sido profundamente sorda toda su vida y cuando tenía tres meses de edad se le colocó su primer dispositivo auditivo.
Meghan creció en una familia sorda. Tanto su madre, su hermana y abuelos heredaron la sordera.
La joven decidió someterse a un implante coclear. Pero la operación, que se realiza en el oído con el mejor nivel de escucha, es complicada.
Después de la cirugía el paciente debe esperar cuatro semanas para encender el dispositivo para que el área de la operación pueda sanar.
Después de este período Meghan comenzó a estudiar veterinaria y tuvo que depender únicamente de la lectura de labios porque el implante le dificultaba entender lo que los profesores estaban diciendo.
"Cuando estaba en el salón de conferencias tenía que apagar el aparato porque la profesora hablaba caminando de arriba a abajo y yo no podía entender nada. Así que tuve que depender de las notas de clase" dice.
Cuando el implante se logró establecer en el cerebro Meghan pudo empezar a identificar diferentes sonidos que nunca había escuchado antes, como el llanto de un bebé o el canto de pájaros.
"Con el implante puedo escuchar pequeñas cosas que no sabía que existían -dice Meghan- como el sonido que hacen mis manos al frotarlas. No sabía que eso podía producir un sonido".
"Una vez estaba recostada y escuché un ruido que nunca había oído y me di cuenta de que era mi propia respiración. Ahora me sorprende lo que puedo escuchar y me sorprende esta pieza de maquinaria que me ayuda a oír".