miércoles, 4 de julio de 2007

Cojín contra la trombosis


Un cojín que permite a los pasajeros aéreos hacer ejercicios durante el vuelo podría reducir los riesgos de sufrir una trombosis.

El invento fue idea de un piloto retirado de la aerolínea British Airways, quien presenció durante uno de sus viajes a un pasajero que sufrió el mal.

La dolencia afecta principalmente a los pasajeros de rutas largas.

La gran dificultad para mover los pies facilita la formación de coágulos de sangre en las piernas, que luego se puede mover hasta los pulmones o el cerebro generando condiciones dolorosas o altamente peligrosas.

La dolencia también es conocida como el síndrome de la clase turista porque son estos pasajeros los más afectado por el reducido espacio que tienen para mover los pies.

Airgym
El nuevo cojín conocido como Airgym permite a los pasajeros mover las piernas en el mismo asiento, al poner la almohadilla debajo de los pies, permitiendo la movilidad de los pies durante el viaje.

El cojín consiste en dos compartimentos unidos por un tubo y una válvula. La idea es jugar a pasar el aire de un compartimento a otro y visceversa.

El movimiento de bombeo constante contrae los músculos facilitando así la circulación.
Un estudio elaborado por el cirujano británico John Scurr demostró que el movimiento aumenta cinco veces la circulación de la sangre.

El doctor Scurr afirma que "usando el Airgym se puede promover el flujo de sangre a un nivel aún más rápido que lo normal"
"Creemos que a través de esto se logrará reducir el riesgo de coágulos".

Antes del lanzamiento del Airgym la recomendación de las aerolíneas para minimizar los riesgos de trombosis era que los pasajeros realizaran caminatas periódicas en el avión.

Sin embargo, esta recomendación era difícil de practicar por razones de seguridad.
El Airgym será ofrecido a los pasajero de la línea aérea Emirates a partir de esta semana.

domingo, 1 de julio de 2007

OMS: Hay riesgo de trombosis en viajes


La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que viajar sin moverse durante más de cuatro horas duplica los riesgos de contraer una trombosis venosa profunda.

El también llamado "síndrome de la clase turística", que normalmente se asocia con los aviones, puede ocurrir igualmente en trenes, autobuses y coches.

La trombosis venosa profunda (TVP) es causada por la formación de coágulos sanguíneos, especialmente en los miembros inferiores, durante períodos prolongados de inmovilidad.

En casos extremos, puede resultar mortal, si los coágulos se desplazan a los pulmones y no se dispone de ayuda médica.

Sin embargo, la OMS señala que el riesgo absoluto es relativamente bajo: un caso de formación de coágulo por cada 6.000 pasajeros.
Aunque el único consejo de la OMS es no permanecer inmóvil durante mucho tiempo, otros expertos han sugerido ejercitar los músculos de las piernas, no usar ropas demasiado ajustadas y hasta consumir una simple aspirina antes de viajar, por sus efectos anticoagulantes.

Inmovilidad
La OMS dijo que el riesgo es mayor para los pasajeros aéreos que toman varios vuelos en poco tiempo.

Según un estudio de la organización, los efectos de la inmovilidad en un desplazamiento prolongado no desaparecen por completo al final de un viaje, sino que persisten durante unas cuatro semanas.

El estudio fue encargado en 2001, cuando la atención de los medios y del público se centró en el "síndrome de la clase turística", tras la muerte de una joven británica que había tomado un vuelo de larga distancia de Australia al Reino Unido.

Los resultados del estudio confirman que otros factores también incrementan los riesgos de formación de coágulos durante viajes largos.

Éstos incluyen la obesidad, la altura de la persona (más de 1,90 metros o menos de 1,60), el uso de anticonceptivos orales y problemas sanguíneos hereditarios que aumenten los efectos de la TVP.

Los priones contra el Alzheimer


Las proteínas que causan el "mal de las vacas locas" podrían proteger contra el mal de Alzheimer.

Los priones naturalmente presentes en el cerebro parecen impedir la acumulación de una proteína asociada con el Alzheimer.
Un grupo de investigadores británicos descubrió en pruebas de laboratorio que la beta amiloide, el bloque que sirve como base para la formación de placas en el mal de Alzheimer, no se acumulaba cuando había niveles elevados de priones.

El hallazgo puede conducir a nuevos tratamientos, según la publicación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

En la variante del mal de Creutzfeldt-Jakob (vCJD, por sus siglas en inglés), la forma humana del mal de las vacas locas, priones infecciosos corrompen la versión normal de los priones en las células cerebrales y las obligan a cambiar de estructura, causando daños y la muerte.

Pero poco se sabe sobre la función normal de los priones, o proteínas priónicas.
Debido a las semejanzas entre el Alzheimer y enfermedades como el CJD, los investigadores de la Universidad de Leeds buscaron un vínculo entre ambos.


Formación de placas
Los investigadores descubrieron que, en condiciones de laboratorio, altos niveles de priones reducen la acumulación de proteínas beta amiloides, que se encuentran en el cerebro de las personas afectadas por el mal de Alzheimer.

Los investigadores también trabajaron con ratas genéticamente modificadas para no producir priones, y confirmaron que las dañinas proteínas beta amiloides podían formarse sin problemas.
El profesor Nigel Hooper, quien dirigió la investigación, explicó que ahora se necesita ver si la edad afecta de alguna manera la capacidad de las proteínas priónicas de proteger contra el mal de Alzheimer.

"Hasta ahora, la función normal de las proteínas priónicas no es clara, pero nuestro descubrimiento identifica que estas proteínas regulan la producción de beta amiloides, y al hacerlo impiden la formación de placas de Alzheimer", dijo el profesor Hooper.

El cinetífico agregó que aunque se necesita aprender más sobre el tema, en teoría si se puede establecer un tratamiento que replique el efecto de los priones podría detener el avance de la enfermedad.

El profesor Clive Ballard, director de investigaciones de la Alzheimer's Society, reconoció que es la primera vez que se establece un vínculo entre priones y el mal de Alzheimer.

"Ofrecen las bases para una nueva aproximación en la búsqueda de objetivos terapéuticos para el mal de Alzheimer", dijo Ballard.