sábado, 24 de marzo de 2012

Órganos humanos fabricados a medida


Aunque parezca increíble, un equipo de investigadores está haciendo crecer órganos en su laboratorio.

En la actualidad, las listas de espera para recibir un órgano de un donante son extremadamente largas. 

Muchos pacientes mueren porque los órganos nunca llegan y aquellos que tienen la suerte de recibir una donación, deben pasarse la vida tomando inmunodepresores para evitar que su propio cuerpo rechace el órgano extraño.
Para evitar estos dos problemas, los médicos están tratando de hacer crecer nuevas partes corporales con las células madres de los mismos enfermos.
Anthony Atala, Director del Instituto de Medicina Regenerativa del Centro Médico Bautista Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos, ha hecho grandes avances en la construcción de vejigas y uretras.
Él divide el proceso de construir tejido en cuatro niveles de complejidad.
  • Estructuras planas, como la piel, que son las más fáciles. Están hechas por lo general de un sólo tipo de célula.
  • Tubos, como los vasos sanguíneos y las uretras, tienen dos clases de células y actúan como conductos.
  • Órganos huecos no tubulares, como la vejiga y el estómago, que tienen estructuras y funciones más complejas.
  • Órganos sólidos, como el hígado, el corazón y los riñones. Son los más complicados, tienen muchas clases de células y más problemas con el suministro de sangre.
"Hemos logrado implantar en seres humanos los primeros tres. Pero no hay ejemplos de órganos sólidos porque eso es mucho más complejo", dijo Atala a la BBC.

Constructores de vejigas

Su técnica para construir vejigas consiste en tomar primero una muestra de tejido de la vejiga que se va a reparar, de un tamaño aproximado de media estampilla.
Después de un mes, se hace crecer una gran cantidad de estas células en el laboratorio. Mientras tanto, se construye una estructura con la forma del órgano o la parte del mismo que será reemplazada.
"Recubrimos la estructura, como si estuviésemos haciendo la capa de una torta. Depositamos las células sobre la estructura en la posición correcta, una capa a la vez", explicó el experto.
Luego se introduce este "pastel" en un horno que reproduce las condiciones del interior del cuerpo por dos semanas. Cuando se la retira del horno, la nueva vejiga ya está lista para implantarse en el cuerpo.
Eventualmente el cuerpo absorbe la estructura.

Órganos grandes

Una cosa es crear una estructura para la vejiga, pero otra muy distinta es elaborar la de un corazón.
Uno de los problemas que plantean los órganos grandes es cómo conectar las arterias, los vasos capilares y las venas para garantizar el suministro de sangre que mantiene al órgano vivo.
Por eso, los científicos están investigando la descelularización, un proceso que implica extraer las células originales de un órgano donado para reemplazarlas por células nuevas del paciente que va a recibir el órgano.
Martin Birchall, cirujano de la University Collegede Londres, participó en una serie de trasplantes de tráquea hechos de esta forma.

La técnica empleada por Birchall comienza con el lavado de la tráquea donada. Se lava la tráquea en una especie de lavarropas. Después de varios ciclos de lavado con encimas y detergentes, se eliminan las células del donante.
Lo que queda es una red de proteínas -mayormente colágenos y elastinas- que le dan la estructura a la tráquea. Se ve y se siente como una tráquea, pero sin células.
Los pasos siguientes son similares a los de la construcción de una vejiga: se toman células madre, en este caso de la médula, y se las hace crecer en el laboratorio antes de añadirlas a la estructura.
El primer trasplante de una de estas tráqueas se realizó en España en 2008.
"Hemos hecho camino empezando con la tráquea. Ahora estamos mirando otra clase de tejidos como el esófago y el diafragma. En el extranjero, se ha dado un gran paso en la construcción de vejigas y uretras", dice Birchall, pero cree que en los próximos cinco años se llevarán a cabo estudios para efectuar el procedimiento en otros órganos.

Latidos

La investigadora estadounidense Doris Taylor ya utilizó la técnica de descelularización en corazones de ratones para producir órganos que laten.
Taylor quitó las células dejando un "corazón fantasma", al que luego le inyectó células de corazón. Ocho días más tarde, el corazón estaba latiendo.
Esta técnica, afirmó Taylor, puede aplicarse a cualquier órgano que dependa de un suministro sanguíneo.
"Ya no es ciencia ficción, fabricar órganos más complejos es nuestro próximo objetivo", dijo la investigadora.

"Nunca digas nunca"

El equipo del doctor Atala creó un hígado en miniatura que tiene la capacidad de procesar fármacos.
"El desafío es como hacerlo en tamaño natural", señala Atala.
La bioimpresión, que funciona igual que una impresora común y corriente pero que imprime capas de células, permitió imprimir un riñón.
Aunque estos avances todavía están muy lejos de convertirse en un tratamiento médico -si es que alguna vez llegan a serlo-, los investigadores están convencidos de que llegarán a dominar estas técnicas.
"La meta es seguir aumentando el número de tejidos", dice Atala.
Claro que crear una mano es mucho más complicado que cualquier cosa que se haya hecho hasta ahora en un laboratorio. ¿Será posible en un futuro no muy lejano?
"Nunca digas nunca, pero ciertamente, es algo que la mayoría no llegará a ver en su vida", concluye Atala.


domingo, 11 de marzo de 2012

El gen que evita el cáncer, rejuvenece y ayuda a perder peso


El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que dirige la insigne científica María Blasco, se encuentra entre los de mayor prestigio internacional en cuanto al nivel de sus trabajos. Recientemente, su labor en el estudio de los así llamados "genes supresores de tumores", les ha hecho saltar a las portadas de medio mundo.
Lo que hacen estos genes supresores, es codificar proteínas que nos protegen contra el cáncer de manera natural. Una de las armas del cáncer consisten en inactivar estos supresores en las celulas afectadas por el tumor. El cáncer es una enfermedad íntimamente ligada con el envejecimiento. De hecho, es evidente que la acumulación de daños producidos por la edad y no resueltos convenientemente, está detrás de la aparición de múltiples tumores. A su vez, muchos investigadores creen que la acumulación de células dañadas en nuestro organismo, es así mismo la base del envejecimiento.
Como vemos la relación envejecimiento y cáncer existe, y es notable.
Se sabía gracias a trabajos anteriores que modificando genéticamente a las células (en este caso de ratones) para que portaran copias extra de algunos de estos genes supresores de tumores, los animales aumentaban sus defensas antitumorales. Al mismo tiempo y sorprendentemente, al reforzar las defensas naturales contra el cáncer del organismo de estos ratones, estos se encontraron así mismo protegidos contra los rigores del paso del tiempo, exhibiendo mejores parámetros de salud.
Lo que han descubierto ahora los investigadores del CNIO, está relacionado con nuevo gen supresor de tumores denominado PTEN. Al estudiar a ratones modificados para portar más copias de este gen, los científicos contemplaron de nuevo el parámetro antes comentado: los roedores estaban más protegidos frente al cáncer y de nuevo eran también más longevos. Lo verdaderamente sorprendente era que además, presentaban una nueva característica muy destacable: estaban notablemente más delgados.
En efecto, los ratones manipulados genéticamente estaban un 28% más delgados que el resto, pese a comer lo mismo o incluso más, que los no modificados.
La respuesta a este misterio parece estar en la producción de grasa parda (o grasa buena) la cual permite quemar la energía sobrante (¡sin ejercicio!) que el cuerpo acumula en forma de grasa común. Está grasa parda está íntimamente relacionada con los procesos que permiten a algunos animales hibernar y es común en los bebés humanos, que la emplean para generar calor.
De algún modo, los ratones con más PTEN activan a la grasa parda, lo cual les permite estar más protegidos frente a la obesidad y la diabetes. Para demostrar esta relación entre el PTEN y la obesidad, los investigadores administraron a los ratones un compuesto experimental que inhibía a la misma enzima contra la que actúa el PTEN, llamada PI3K. Los resultados obtenidos fueron los mismos, abriendo la puerta a métodos que permitan activar la grasa parda mediante compuestos sintéticos.
Si se confirmase este mecanismo en humanos (para lo cual queda un largo trecho) en teoría sería posible suministrar un medicamento que nos proteja contra el cáncer, nos permita vivir más y mejor (es decir aparentemente más jóvenes) y que además nos haga deshacernos del exceso de nutrientes sin ningún esfuerzo. ¡La panacea que buscan las farmacéuticas!
Si estos genes supresores son tan sumamante beneficiosos. ¿Cómo es que la evolución no los hizo más comunes? Bien, desde el punto de vista estrictamente biológico, un animal adulto que haya superado la fase de reproducción deja de tener importancia de cara al mantenimiento de la especie.
Solo que nosotros, los humanos, nos oponemos a los dictámenes de la evolución. Queremos vivir jóvenes, sanos y delgados durante mucho más tiempo. En ese sentido, este trabajo podría ser todo un salto hacia adelante.
Leído en Amazings.
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El glaucoma no se puede prevenir pero sí tratar


El glaucoma constituye la segunda causa de ceguera en el mundo, solo superada por las cataratas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS); se estima que la padece entre 80 y 90 millones de personas, aunque, a pesar de su gravedad, la mitad de la población afectada por glaucoma lo desconoce, ya que generalmente no causa síntomas que adviertan de la patología, por lo que no se puede prevenir.
Sin embargo, sí se puede detectare y tratar, afirma el óptico-optometrista Marc Biarnés, del Instituto de la Mácula y la Retinadel Centro Médico Teknon de Barcelona alerta, con motivo del Día Mundial del Glacucona, que se celebra este lunes 12 de marzo. En caso contrario, es decir, si no se detecta y se trata a tiempo, el glaucoma puede llegar a producir baja visión e, incluso, ceguera en el 5 por ciento de los casos.
El glaucoma es una lesión irreparable del nervio óptico, normalmente provocada por un fuerte aumento de la presión intraocular. Esta lesión causa una pérdida progresiva de visión, que normalmente comienza por la periferia del campo visual. Los especialistas suelen calificar al glaucoma como el 'enemigo silencioso', ya que, en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ninguna molestia ni ningún síntoma hasta que se produce una pérdida visual permanente e irreversible.
En España se estima que el glaucoma afecta a más de un millón de personas. Su incidencia se incrementa con la edad a partir de los 40 años de edad. Así, en el grupo de 50 a 59 años, la incidencia se sitúa en el 2,1 por ciento. Esta cifra asciende al 2,3 por ciento en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5 por ciento.
El glaucoma tiene tres circunstancias que hacen que la enfermedad sea "peligrosa", la primera circunstancia es que afecta a mucha gente; la segunda es que es sintomática, y la tercera es que tiene tratamiento. "Tres circunstancias que hacen necesaria la precaución y la alerta por parte del especialistas sanitario", ha explicado a Europa Press, quien explica que, "como el daño que provoca no se recupera", es importante "detectarla y pararla" en los primeros indicios de la enfermedad.
SU ORIGEN DESCONOCIDO
Existen distintos tipos pero el que afecta a la gran mayoría, el glaucoma de ángulo abierto, es de origen desconocido y asintomático que, según Biarnés, "es lo que le convierte en muy peligroso". "No podemos hacer nada para prevenir el glaucoma de ángulo abierto, ya que al no saber qué hace que la presión sea más alta tampoco se puede hacer mucho para prevenirlo", ha añadido.
No obstante, aunque se desconocen los motivos por los que aparece, se sabe que algunos grupos de pacientes son más proclives a desarrollar la enfermedad en uno o ambos ojos y, por lo tanto, deben acudir a las revisiones al menos una vez año.
Es el caso de los mayores de 45 años que no se hayan sometido a un examen ocular en los últimos años; las personas con antecedentes familiares de glaucoma, en especial de familiares directos como padres o hermanos; los pacientes con una presión intraocular alta; los pacientes diabéticos; las personas con miopía elevada, y los pacientes medicados con corticoides o que han sufrido un golpe en el ojo.
En cuanto a los tratamientos, Biarnés destaca que los tratamientos actuales aprobados consisten en bajar la presión del ojo. La primera medida son gotas oculares varias veces al día; si no funcionan, se está utilizando el láser; y, finalmente, si no se consigue bajar la presión se puede acudir a la cirugía.

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viernes, 9 de marzo de 2012

Pelicula Intocable (Recomendada)


Estamos ante un fenómeno: diecinueve millones y medio de personas han visto la película de Nakache y Toledano en Francia: uno de cada cuatro posibles espectadores en edad de pagar su entrada en el país vecino. Intocable ha tocado nervio en la sociedad francesa, eso es evidente. O también se podría decir que la ha anestesiado. Pero abandonemos la sociología para volver a la película en sí: ¿qué tiene esta Intocable para atraer al público en masa, francés o no? Porque el éxito se ha repetido en países tan diferentes como Alemania e Italia, donde ya se ha estrenado el filme.
Gracias a un brillante guión, Intocable tiene la habilidad de convertir asuntos cargados de tensión –marginalidad de arrabal, el color de la piel, la pobreza– en entretenimiento despojado de mala conciencia. Se basa muy libremente en hechos reales, y afronta la historia del encuentro entre Philipe (François Cluzet), aristócrata paralizado de cuello para abajo, y Driss (Omar Sy), joven emigrante senegalés y pequeño delincuente de barrio.
El buen hacer de ambos actores –y el pulso seguro de los directores– atempera las diferencias entre el millonario paralizado y triste y el joven salvaje. Y donde uno espera conflicto hay buen rollo, porque son una pareja que machaca estereotipos. O quizá los perpetúa, ya que la línea entre una cosa y otra es muy fina. Da igual. Al final no somos espectadores; somos cómplices.